martes, 2 de junio de 2009

Sólo tú.


SÓLO TÚ
(a mi esposo)

Ni las fuerzas aún desconocidas
pero imaginadas levemente
podrán en ocasión furtiva
que deje un momento de quererte.

Ni mil ojos mirándome al instante,
ni mil voces llamándome al unísono,
impedirán, sin vacilar, hallarte,
pués tus ojos y tu voz son bienes míos.

Ni las grandes riquezas conocidas
(o simplemente antaño imaginadas)
me harían vibrar enloquecida
como cuando por ti me siento amada.

Ni la brisa del ocaso entristecido,
ni el aroma de las flores en rebozo,
ni la parra doblada por racimos,
ni las aves agitándose de gozo...

Ni los bosques murmurando con sus duendes,
ni los campos orgullosos de colores...
sólo tú en mi vida eres
la única razón de mis razones.
............................................................................
De mis Poemas Blancos y mi Duende Amigo. Mabel G.

4 comentarios:

Jacko dijo...

No podría describirte cuánto me ha gustado este poema tuyo, amiga... Es todo lo que yo soy incapaz de hacer con las palabras.

Tu blog es un rayo de luz entre las negras nubes de un medio donde abunda la banalidad.

Es sencillamente sublime.

Un abrazo.

Mabel G. dijo...

Querido Jacko, tus palabras son hermosas y me han llegado profundamente.
Sólo puedo agradecerlas...
Un abrazo desde Argentina.. con todo afecto.

Anónimo dijo...

Ah no... Tu esposo tiene que ser el hombre más feliz de la tierra con una mujer como vos... Felicitaciones, Mabel...

Mabel G. dijo...

Ana, querida... gracias por tus cálidas palabras de siempre. Un beso enorme y es una alegría para mí "encontrarte" cuando abro mi blog!