jueves, 24 de septiembre de 2009

Huracanes


Seguramente muchas veces te habrás preguntado por qué se le pone esos nombres de mujer o de hombre a los huracanes, ciclones o tormentas tropicales. Los meteorólogos empezaron a dar nombre a los huracanes para facilitar la comunicación entre ellos y el público en general en caso de peligro.

Durante muchos siglos, a los huracanes se les bautizaba con el santo del día en que afectaba a la zona. Por ejemplo, en 1825 fue muy fuerte el "huracán de Santa Ana", que azotó Puerto Rico ese día, un 26 de julio. También son trágicamente recordados el San Felipe, que afectó Puerto Rico un 13 de septiembre en dos años diferentes, 1876 y 1928. Pero el primer meteorólogo que uso un nombre propio (de mujer) para referirse a un huracan fue el australiano Clement Wragge, a finales del siglo XIX.

Aunque no fue hasta 1953 cuando los estounidenses decidieron nombrar las tormentas únicamente con nombres de mujer, abandonando la tradición de nombrarlas usando un alfabeto fonético. En 1978 se decidió dar nombres de hombres a las tormentas en el Pacífico Norte Oriental, y en 1979 la Organización Meteorológica Mundial y el Servicio Meteorológico de Estados Unidos incorporaron nombres alternos de hombres y mujeres para nombrar las tormentas.

La experiencia ha demostrado que el uso de nombres de hombres y mujeres en la comunicación escrita y hablada es más corto, más rápido y causa menos errores que cualquier otra identificación de huracanes usada hasta la fecha.

Cada año, se prepara una lista de nombres para la próxima temporada de huracanes. La lista contiene un nombre por cada letra del alfabeto (las letras Q, U, X, Y, Z no se incluyen debido a que pocos nombres empiezan con esas letras). Estas listas se repiten cada seis años, y se cambian los nombres cuando el nombre de un huracán ha sido retirado.

Los nombres de huracanes muy destructivos se retiran, quedando en los registros históricos, y son sustituidos por otros que inician con la misma letra.



2 comentarios:

Alonso dijo...

Mi tierra es golpeada todos los años por algún huracán, si no fuera por ellos moriríamos de sed, si traen destrucción, pero las más de las veces bendicen con el agua que reparten,

un abrazo desde tierras mexicanas!

Mabel G. dijo...

Hola Alonso, querido amigo !
¡ Qué buen punto de vista el tuyo !
No siempre lo malo es totalmente malo... ni lo bueno es totalmente bueno... !!
Gracias amigo. Un abrazo desde Argentina !