sábado, 3 de julio de 2010

QUE NO DESAPAREZCA LA ILUSIÓN


Carrusel, Tío Vivo, Calesita,Merry-go-round.


"El primer tiovivo o carrusel de que se tiene información es uno que aparece en un bajo relieve del Imperio Bizantino fechado `por el año 500 DC, que muestra un grupo de personas dentro de cestas suspendidas de un poste central.

La palabra carrusel tiene sus orígenes en el italiano
garosello y español carosella ("pequeña batalla"), usada por los cruzados para describir un ejercicio de entrenamiento para combate y un juego común entre los jinetes turcos y árabes hacia el 1100." W/pedia


EL TIO VIVO (en España)

Viviendo en España, me encontré con un artículo que hablaba de la historia VERDADERA del Tío Vivo:

"Don Esteban Fernández tenía un parque con carruseles en el Madrid de 1843; el 17 de Julio este señor fallece y es trasladado al cementerio; en pleno cortejo fúnebre, levanta la tapa del ataúd al grito de "¡Estoy vivo, estoy vivo!" … En realidad había sufrido un ataque de catalepsia.
De aquí al apodo de El Tío Vivo para sus carruseles.


MERRY GO-ROUND (países sajones) (alegre dar vueltas)
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PEGASOS, LINDOS PEGASOS

Antonio Machado

Pegasos, lindos pegasos,
caballitos de madera...
Yo conocí siendo niño,
la alegría de dar vueltas
sobre un corcel colorado,
en una noche de fiesta.
En el aire polvoriento
chispeaban las candelas,
y la noche azul ardía
toda sembrada de estrellas.
¡Alegrías infantiles
que cuestan una moneda
de cobre, lindos pegasos,
caballitos de madera!


6 comentarios:

Emerik Can Cimi dijo...

¡¡ Qué susto !!
Yo pensé que eso nomás pasaba en las caricaturas y las comedias. Algún infarto ha de habar resultado!
Si en vida no logro trascender, espero que perdure por algo como eso por lo menos. Hahaha!
Es bueno mantener vivo al niño dentro nuestro, para nuestra salud emocional y mental, y para ser partícipe de los juegos de las nuevas generaciones en lugar de enfurruñarnos con ellos, que siempre podemos aprender algo de ellos, o recordar algo de nosotros mismos.
Qué variados tus posts, Mabel.
Que estés bien.

Mabel G. dijo...

Hola Laryak, la catalepsia ocurre en la vida real y por eso mismo en el siglo XVIII se legisló lo de los velatorios, para evitar enterrar vivo a un cataléptico creyéndolo muerto.
........
Gracias por tu mensaje, amigo y la verdad que la calesita (como la llamamos en Argentina) era mágica para mi, mi abuelito me llevaba y yo me quedaba horas dando vueltas, pensando que estaba viviendo un cuento...
Ahora hay un movimiento para volver a implantarlas en los barrios...
Un abrazo afectuoso y feliz domingo!

Javier G. Pérez dijo...

Menos mal Mabel, que fueron algo más originales, y una vez compartida la alegría de “ El Tío Vivo” fueron caballitos, y no ataúdes los que adornaran los carruseles que tantas alegrías nos dieron en nuestra infancia. Ahora que somos más atrevidos, tal vez nos metiéramos en ellos sobrados de tanta gracia; en ese Tio Vivo, que nadie se atrevió a construir porque no estaba el horno para bollos.

Lastima que estas legendarias atracciones estén ahora, en horas bajas. Cuanta nostalgia de mi infancia y de la de mis hijas.

Un abrazo.

Mabel G. dijo...

¡ cuánta nostalgia ! es cierto. Anoche, me dormí pensando en la alegría inmensa e incomparable que sentía cuando "viajaba" en una de ellas (y la cara de mi abuelito, sonriente por verme tan feliz)
Era una manera distinta de disfrutar de las cosas ¿verdad? más inocente, con menos juguetes y más ideas como para convertir un par de maderitas en una casa, en un castillo o en un campo de fútbol.
El tener esos recuerdos, solamente eso... ya es un tesoro !
Un abrazo amigo y gracias por tus siempre constuctivos mensajes !

clariana dijo...

¡Hola Mabel!
Tu entrada es muy entrañable pues evoca nuestra niñez.
Tengo buenos recuerdos de mis padres cuando me llevaban a las ferias de los carruseles; al parque de la Ciudadela donde mi padre me compraba cacahuetes; a la Plaza Real a tomar alguna cosa con mis padres y hermanos.
De los carruseles recuerdo mi manía por querer subir a vehículos cerrados, autobuses, tranvías... y mis padres que no querían porque lo consideraban poco higiénico y preferían que montase en los abiertos.
Un recuerdo de la parroquia donde ibamos los domingos. Al lado había un pequeño depósito (habitación), donde guardaban algún cadáver y en la puerta había una pequeña rejilla, nosotros mirábamos por ella y acto seguido apretábamos a correr. Era un gran misterio para nosotros lo de la muerte.
Un beso y buena semana.

Mabel G. dijo...

Esa era mi mayor diversión: la calesita (como le decimos en Argentina) No importaba si hacía frío, calor, tormenta...
Aquí hay un movimiento bastante fuerte en todos los barrios para re implantar "las calesitas".
Sería un paso adelante para que los niños se divirtieran de una manera más sana que la de estar mirando la tele o jugando al play station, encerrados en una habitación.
Un beso Clariana y gracias por tu comentario tan interesante.
Feliz semana para ti !