martes, 13 de julio de 2010

Mondoñedo Noche de Bruxas


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Desde hacía años vivíamos en Australia, y regularmente visitábamos Europa, empezando por España, la tierra de nuestros mayores.
Ese año llegamos desde Francia, alquilamos un coche y, atravesando los Pirineos (“piri” fuego “neus” nieve) nos dirigimos hacia Galicia, cruzando San Sebastián, Cantabria, Asturias y llegamos a Lugo.
Mi esposo sabía que su padre, fallecido cuando él tenía tres años, era originario de esa región gallega, pero no sabía de qué comarca exactamente, ni el año de su nacimiento.
Sólo sabía, a través de su madre, de lo poco o casi nada que ella le había dicho, que cuando nació, su padre ya tenía cincuenta y siete años y su madre veinticuatro.
Era su segundo matrimonio y tenía hijos mayores que su flamante esposa, mi suegra.
Con el deseo imperioso de encontrar sus raíces y la familia paterna, comenzamos a buscar, a través de cartas, la partida de matrimonio de sus padres, ya que no se encontraba por ningún lado. En eso estábamos cuando decidimos hacer un viaje a España, un viaje a la tierra de sus padres y de mis abuelos: Galicia y Catalunya.
Llegamos a Mondoñedo, casi de noche, cansados y con una gran tormenta que se avecinaba.
Y llegamos a este hotel.
¡Hermoso lugar ¡ El hotel caía como en cascada sobre la ladera de una colina. Se entraba por el último piso y todas las ventanas daban a un profundo valle.
Ya empezaba a soplar un viento helado y furioso.
Tocamos la puerta y estaba cerrada, pero vimos un cartel que decía :”por hospedaje dirigirse al número xx de esta misma ruta” (eran apenas unos doscientos metros de distancia)
Allí fuimos. Una señora muy joven, guapa y amable nos atendió y resultó ser la dueña del hotel, recientemente viuda. Nos acompañó de vuelta al mismo, abrió la puerta de vidrio con su llave y nos dijo que no había nadie alojándose en ese momento, que seríamos los únicos, si aceptábamos estar totalmente solos en todo el hotel, durante la noche, ella no tendría ningún inconveniente en dejarnos, pero con la puerta principal cerrada con llave.
Le dijimos que sí, que no había ningún problema.
El viento ya era furioso y la oscuridad nos estaba envolviendo.
Nos dio un cuarto (si mal no recuerdo) en el cuarto piso sobre el ala izquierda.
Nos avisó que por la mañana llegaría la empleada que se encargaba de preparar el desayuno en el salón que estaba en el último piso ( o sea el de abajo de todo).
Nos dejó su número de teléfono para llamarla en cualquier situación de
emergencia y se marchó.
La tormenta ya estaba sobre nuestras cabezas. Y el viento rugía como una fiera enjaulada.
La Recepción era pequeña pero muy bien decorada, predominando los tonos rojizos y aterciopelados. Hacia la izquierda había un salón con cortinados rojos también, que cumplía la función de pequeño teatro/cine.
Frente a este salón y también a la izquierda de la recepción comenzaba la escalinata tapizada en rojo, que bajaba siguiendo la ladera de la montaña, hasta su base, y a cada lado de ella, de tanto en tanto, un descanso para permitir el acceso a los cuartos de los diferentes pisos. Si mal no recuerdo eran diez en total.
Todo absolutamente limpio, confortable y casi diría : mágico.
No sé por qué, apenas entré en ese hotel, todo me pareció “mágico”.
No estaba asustada ni mucho menos por el hecho de estar solos. Primero y principal porque estaba con mi esposo y segundo porque no me alarman esas situaciones, por el contrario, gozo con el misterio que encierran algunas de ellas.




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Fuimos al cuarto y en el momento que entramos, un golpe de viento abrió la ventana y sentimos que casi nos aplasta contra la pared de entrada.
A mi esposo le costó cerrarla porque el viento era feroz.
El valle no se veía. Era la boca de un lobo… y el viento rugía cada vez con más fuerza. Era un monstruo desatado!!!
Nos dimos una ducha y nos metimos en la cama.
Ya a punto de dormirnos, escuchamos un ruido en el pasillo y … pasos…
“¡ Cómo ¡ ¿no era que estábamos solos?” dijo mi marido.
Y la terrible palabra que ya esperaba la escuché inmediatamente: “Voy a ver”
Se vistió y salió del cuarto, pero me hizo cerrar la puerta con llave detrás de él.
Yo fui a mi maleta y busqué unas tijeras que llevaba y las sostuve en mi mano.
Al rato, golpearon la puerta:
“tac, tac”
“¿quién es?”
“¡Soy yo ¡”
¿“Yo” quién? …
“ ¡vamos, abre ya !“ “¡Un poco más y me pides el D.N.I.”!
Y abrí, sin soltar las tijeras.
Resumiendo, mi marido vio a un señor delgado con una toalla en los hombros que se metía en un baño común. Se saludaron y mi esposo volvió al cuarto. Conclusión: “Otro huésped, tal vez recién llegó…”




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Por la mañana nos levantamos y bajamos al salón-comedor al pié de la ladera, para desayunar.
Esperábamos encontrar al “fantasma” nocturnal, desayunando también. Pero no estaba. Solamente nosotros dos.
Cuando la camarera se acercó a la mesa, le preguntamos si habian más personas hospedadas allí. Nos dijo que NOSOTROS ÉRAMOS LOS ÚNICOS.
Entonces mi marido le comentó lo de la noche anterior y la muchacha con los ojos muy abiertos nos dijo “Aquí no se hospedó nadie en muchos días, anoche estabais solamente vosotros dos”
………………….
Leyendo hasta aquí, tal vez piensen que eso fue todo… ¡ PUES NO!
……………………………………
Mientras esperábamos que nos sirvieran el desayuno, de repente le dije a mi marido, “ pensar que este año tu papá cumpliría cien años” (recuerden que le llevaba cincuenta y siete años a mi esposo).
“No, sólo noventa” me contestó.
“¡No señor! Cien años este año!” Respondí muy empecinadamente.
En ese mismo momento estaba sacando una servilleta de papel de uno de esos servilleteros de metal donde están todas las servilletas juntas, aplastadas… mi marido había sacado una hacía un instante. Cuando yo la iba a llevar a mi boca, vi de soslayo, algo extraño en la servilleta… como dibujitos…. y cuando la miré detenidamente leí, escrito a mano, con letra cursiva y con lapicera azul:
100 años
Me quedé petrificada, no podía hablar. Se la mostré a mi marido, la miró y dijo después de unos instantes (como buen escéptico que es)”casualidades” y la arrojó al cesto de la basura.
“casualidades” …. (¿¿¿???)
…………………………………………….
(de “Cuentos Junto al Fuego”
 
"Eu non creo nas bruxas pero habelas, hainas”


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12 comentarios:

clariana dijo...

¡Hola Mabel!
He copiado tu post en mi blog. Besos.

Mabel G. dijo...

GRACIAS AMIGA POR TU AYUDA !!!!
EL MUNDO DEBE ENTERARSE DE LO QUE ESTÁ PASANDO !
GRACIAS CON TODO MI CORAZÓN!

clariana dijo...

Hola Mabel,
No sé que pasa, había copiado tu post en mi blog con las fotos y todo, pero he ido a la dirección de la escuela que indicas y hay una nota en el encabezamiento que dice que no sigamos enviando el email de ADIÓS SIERRAS DE CÓRDOBA, porque era una información anterior a la aprobación de la ley que prohibe la minería a cielo abierto y que ellos no se hacen responsables de esa información que era de tres años antes. Como no lo entiendo bien lo que pasa, he borrado el post de mi blog, lo siento. Me gustaría que me aclarases qué pasa. Un beso.

Mabel G. dijo...

Lo averiguaré, Clariana.
A mi me llegó el correo este, ayer noche y lo puse en el foro y en mi blog. Gracias por avisarme !
En cuanto sepa algo te aviso.
Un beso.

Anónimo dijo...

Mabel, sabes que soy tu seguidor desde hace unos meses, te felicito por tus blogs y por tu vena escritora. No solamente produces poemas maravillosos sino que además tus cuentos son algo muy especial, llenos de vida y como realmente contándolos "junto al fuego". Leyéndolos me sentí como cuando era niño, lleno de asombro y misterio y con ganas de decir escuchando, que no terminaran nunca.
Gracias !
Un saludo respetuoso. Pablo Rondeau

Mabel G. dijo...

Bueno, Pablo... agradezco tus elogios que me hacen sentir con deseos de seguir escribiendo.
Gracias amigo !
Un afectuoso saludo para ti.

CILENCIO NO SE CALLA dijo...

MABEL EL CUENTO ESTÁ MUY BIEN ESCRITO, SI ES UN CUENTO, SI ES ANÉCDOTA, TE FALTA ACLARAR CON QUE TE DISTE, SI CON TEQUILA, GRAPA, O LSD.
UN GRAN BESO EN CILENCIO, TALENTOSA...

CILENCIO NO SE CALLA dijo...

Mabel querida, ¿en fútbol, para cuantos lados pateás, para argentina, para españa, te falta sudáfrica y bolivia...
un beso en Cilencio, solo fana de argentina y san lorenzo

Mabel G. dijo...

Es acnédota, tal cual lo conté... y no soy de tomar esas cosas, lo dejo para los que las necesitan. Me extraña que lo preguntes.
Un abrazo amigo !
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SIEMPRE QUISE QUE GANARA MI PAIS "ARGENTINA" pero después de Argentina ESPAÑA, POR SUPUESTO! LA TIERRA DE MIS ABUELOS MATERNOS.

¿QUÉ TOMASTE HOY? ¡ESTÁS DESAFORADO!
PARECE QUE TU HADA PROTECTORA TE DEJO DE LADO ! No hagas que tus amigos también.

Mabel G. dijo...

("Donde dije digo, digo Diego")

REPARANDO ERROR:
donde dije "acnédota" digo "anécdota"

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Los problemas de incompetencia social, me disturban bastante...

(pero me recupero rápidamente)

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clariana dijo...

¡Hola Mabel!
He leído el cuento que publicas de tu autoría y me ha gustado mucho, aunque un poco de miedo sí que he pasado, imaginando que pudiera ser real.
Te felicito por tu forma de escribir y tu gran imaginación. Un beso.

Mabel G. dijo...

Clariana querida... ¡¡¡eso nos pasó de verdad !!! Fue uno de los episodios más extraños que hemos vivido tanto mi esposo como yo y lo que él rotuló "casualidades". Tal vez lo sea, nunca se sabe, pero mejor no le pongo mis propias etiquetas porque entraría en laberintos sin salidas y sin respuestas. Lo que pasó, pasó ! Es todo lo que puedo decir al respecto.
El ser humano aun no está desarrollado en su totalidad como para comprender ciertas cosas, pero cuando pasan... lo único que puedes hacer es aceptarlo o, como yo, escribirlo para compartirlo y dejarlo grabado en el papel, como lo hice en esa oportunidad y ahora lo puse en el blog, después de algunos años, porque, pensé. "si no lo escribo, con el tiempo pensaré que me lo imaginé".
Gracias por tu comentario, amiga y feliz final del domingo para tí.
Un fuerte abrazo.